Guía completa para tener una piel hidratada todo el tiempo
El agua y la crema no son los únicos aliadosEl calor y las altas temperaturas contribuyen a que nuestra piel esté ‘sedienta’ y sea más susceptible de resecarse, sufrir quemaduras o que puedan aparecer pequeñas lesiones.Aquí una guía imprescindible para mantener la piel hidratada, luminosa y sana en estos meses de calor. Bebe aguaEntre el 15% y el 20% del agua de nuestro organismo se encuentra en la piel, porcentaje que con la edad va disminuyendo, ya que perdemos la capacidad para retenerla. Por ello, es fundamental hidratarse desde dentro, si quieres mantener una piel más flexible, firme y elástica.“Un estudio francés demostró una mejoría en la hidratación de la piel de un 14% en un grupo de personas que bebieron 1 litro de agua mineral diario, añadido al agua que ingerían con las comidas, durante 42 días. Así pues, es recomendable como mínimo beber 1 litro y medio de agua al día para un correcto funcionamiento de nuestra piel”.
No te olvides de la crema
Es un ritual que deberíamos seguir a diario, sin excepción. El mejor momento para hacerlo es después de la ducha cuando aún la piel está un poco húmeda, ya que favorecerá una mayor retención de agua y, al tener el poro más abierto, el producto penetra mejor. Es un paso muy importante para aquellas pieles extremadamente secas o atópicas.Las zonas de piel más gruesas, expuestas al roce o la fricción como las plantas de los pies, rodillas y codos, debemos hidratarlas más a menudo. “En estas localizaciones convendrá hidratar la piel más a menudo y de forma más intensa.
La alimentación es la clave
Para formar nuevas células y mantener nutrida nuestra piel, es esencial llevar una dieta equilibrada y variada en proteínas, vitaminas y ácidos grasos.“Un estudio surcoreano reciente demuestra una mejoría en la hidratación cutánea con la toma de un suplemento oral de 3 gramos de un péptido de colágeno. Mientras que otro publicado en 2008, asegura que una formulación oral con ceramidas, licopeno, vitamina E, ácidos grasos poliinsaturados, precursores del colágeno y aminoácidos (lisina y prolina), mejoran y previenen la deshidratación cutánea hasta un 25%”.Asimismo, resalta la acción de famosos betacarotenos y flavonoides, así como preparaciones orales con vitamina C, Vitamina B6, glicina y minerales con magnesio, calcio y hierro, que mejoran la hidratación del estrato córneo aproximadamente en un 30% después de 60 días. Estas propiedades puedes encontrarlas en alimentos como el chocolate negro, la avena, la zanahoria, la naranja, el aguacate, el tomate, el kiwi, los frutos rojos, el pepino y la nuez.
No al tabaco y al alcohol
No es nada nuevo, pues son unos de los mayores enemigos de la piel. La nicotina provoca la contracción de los vasos sanguíneos, disminuyendo el flujo de sangre y provocando la acumulación de sustancias nocivas. Asimismo, altera diferentes proteínas de los queratinocitos, que contribuyen al correcto mantenimiento de la barrera cutánea, y acelera el estrés oxidativo de las células.“Un estudio reflejó que había una reducción significativa de la hidratación cutánea en mujeres que fumaban entre 11 y 20 cigarrillos al día. Se ha comprobado que las cremas con vitamina E podrían retrasar o prevenir los daños que causa la exposición crónica al humo del tabaco”, explica el dermatólogo.El consumo de alcohol reduce los niveles de oxígeno de nuestra sangre y la producción de colágeno, además de los niveles de vitamina A. Por ello, al igual que el tabaco, contribuye al envejecimiento prematuro de la piel.
Duerme bien
El sueño juega un papel primordial en la recuperación de la función del sistema inmunitario, también podría afectar a la producción de colágeno el principal componente de nuestra piel. “La de privación de sueño provoca una rotura de la función barrera de nuestra piel y las mucosas. De ahí, la importancia de dormir al menos 8 horas”.
Deja que tu piel respire
Adopta este hábito: Nunca irte a la cama con la cara ‘sucia’ o maquillada. Cuando decimos sucia, nos referimos a las partículas de contaminación que, sin que te des cuenta, se depositan en tu rostro. Esto hace que tu piel tenga más problemas para ‘respirar’.Debemos lavar nuestra piel porque durante el día se acumulan partículas que provienen del ambiente y la contaminación y que pueden favorecer la deshidratación y la desvitalización. Es preferible hacerlo a base de baños cortos con agua templada, el agua excesivamente caliente puede resecarla más”.Además, es importante el uso de jabones suaves (syndets) sin perfume, así como evitar esponjas 0 la fricción excesiva, ya que alteran el manto hidrolipídico de la piel. Tampoco deben utilizarse lociones, tónicos o perfumes con alto contenido alcohólico. Sin embargo, un lavado excesivo puede provocar un efecto contrario, pues cuanto más se moja la piel -efecto de evaporación del agua-, más se seca.
No abuses del sol
El sol es lo que más reseca nuestra piel y el mayor responsable de su pérdida de agua. Además, si no se tiene cuidado y se toman las medidas adecuadas para protegernos ante él, puede ser muy perjudicial.Una sobreexposición crónica produce una degeneración del colágeno y la elastina. Es fundamental pues la aplicación de un fotoprotector solar a diario de mínimo un FPS 30+. Se recomienda los de SPF 50+ son para garantizar mayor protección frente a la radiación solar, así como aplicarla en todas las zonas expuestas (sin olvidarse de orejas, parte posterior del cuello, pies…) media hora antes de la exposición al sol y reaplicarla cada 2 horas.También es imprescindible evitar las horas centrales del día, al igual que no dejarse engañar por los días nublados porque recibimos la misma radiación ultravioleta.